Entrevistamos a Pilar Gutiérrez, nuestra compañera y amiga de Plan C Teatro, a la que todos nosotros conocimos en curso de teatro de improvisación que hicimos hace algunos años con Javier Ercilla y Miguel Cabrejas. Pero Pilar, una mujer polifacética, amante de la naturaleza, las motos y las risas, nos hace un hueco en su agenda para poder entrevistarla en un lugar que es un punto de encuentro para artistas de todo tipo, La Casa de Zitas.
-¿Qué astros se alinearon para que acabaras en el curso de teatro de Elena Garrido?
-Nos conocíamos de La Casa de Zitas, de la cual las dos éramos socias. Conocía su larga trayectoria en el mundo del teatro e imaginé que sus clases serían interesantes. No me equivoqué. Eran clases divertidas y diferentes.
-¿El hecho de enfrentarte a un texto griego clásico, "La Asamblea de las Mujeres", te ha resultado complicado?
-Al leer el guión me pareció que iba a ser muy complicado recordar todas esas palabras tan inusuales, pero fuimos entre todos buscando su significado y, al comprenderlas, resultó más fácil memorizar el texto. Luego hice lo de siempre en casa, repetir y repetir el texto muchas veces.
-¿Qué sentiste cuando la directora te propuso un papel de protagonista?
-Al principio, sólo íbamos a hacer una escena en la que yo interpretaba a un chico joven pero, como la obra quedaba un poco corta, la directora nos propuso hacer otra escena en la que yo interpretaba el papel de Praxágora. Me pareció un reto muy interesante y lo abordé con mucha ilusión. Acepté en el acto pero luego al pensarlo me dije “pero en qué lío me he metido”. La verdad es que ha sido una gran experiencia y estoy muy satisfecha con el resultado.
-Antes de hablar de Praxágora, interpretar a un hombre ¿qué dificultades puede entrañar para una mujer?
-A mí me resultó más complicado que interpretar a una mujer. A la dificultad del guión había que añadirle estar pendiente de la postura masculina y de la voz grave. Requería un nivel de concentración superior al personaje femenino. Al menos para mí, pues era la primera vez que representaba un papel masculino.
-Pero Praxágora es mucha Praxágora. ¿Qué se necesita para interpretar a una líder?
-No tiene más dificultad que interpretar a un siervo. Hay que meterse en la piel del personaje sea cual sea su cualidad. Un líder siempre va con la cabeza alta y pisando fuerte; esa era mi actitud con este personaje. Hay que creérselo y yo me lo creí desde el primer minuto. Praxágora tenía mucha fuerza y arrastraba a los otros personajes con sus palabras ya escritas en el guión. Aunque el texto que interpretamos no era el guión original de “La Asamblea de las mujeres” escrito por Aristófanes en el siglo IV a C. sino una adaptación que hizo para nosotros nuestra directora tomándose alguna licencia para actualizar y modernizar alguna parte, cosa que fue un total acierto.
-Sorprende la vigencia de las reivindicaciones de las mujeres de la asamblea milenios después de la creación de la obra. ¿En qué puntos consideras que algo hemos avanzado?
-La verdad es que tienes razón. 2.400 años después hay algunas cosas que no han cambiado y siguen vigentes. Otras por fortuna sí. Ahora las mujeres ya ostentan cargos directivos y forman parte de los gobiernos mundiales pero todavía hay algunos países en donde sus derechos están muy recortados y hay que seguir luchando por ellas. También tiene vigencia el texto de Aristófanes al etiquetar a los políticos de corruptos y egoístas que miran solamente por su propio beneficio. Lamentablemente y como estamos viendo todos los días en las noticias, eso sigue igual.
-¿Qué tal la sinergia con el resto del reparto? Os vimos disfrutar durante la representación, uno de los pilares básicos para lograr que todo salga bien.
-Sí, durante los meses que duró el curso fuimos como una familia. Nos contábamos nuestras cosas y salíamos juntos a tomar algo. Nos hemos ayudado mucho entre todos para aprendernos el guión y para que la obra nos saliese bien a todos. Son unas maravillosas personas y estoy muy contenta de haberlos conocido.
-No tiene más dificultad que interpretar a un siervo. Hay que meterse en la piel del personaje sea cual sea su cualidad. Un líder siempre va con la cabeza alta y pisando fuerte; esa era mi actitud con este personaje. Hay que creérselo y yo me lo creí desde el primer minuto. Praxágora tenía mucha fuerza y arrastraba a los otros personajes con sus palabras ya escritas en el guión. Aunque el texto que interpretamos no era el guión original de “La Asamblea de las mujeres” escrito por Aristófanes en el siglo IV a C. sino una adaptación que hizo para nosotros nuestra directora tomándose alguna licencia para actualizar y modernizar alguna parte, cosa que fue un total acierto.
-Sorprende la vigencia de las reivindicaciones de las mujeres de la asamblea milenios después de la creación de la obra. ¿En qué puntos consideras que algo hemos avanzado?
-La verdad es que tienes razón. 2.400 años después hay algunas cosas que no han cambiado y siguen vigentes. Otras por fortuna sí. Ahora las mujeres ya ostentan cargos directivos y forman parte de los gobiernos mundiales pero todavía hay algunos países en donde sus derechos están muy recortados y hay que seguir luchando por ellas. También tiene vigencia el texto de Aristófanes al etiquetar a los políticos de corruptos y egoístas que miran solamente por su propio beneficio. Lamentablemente y como estamos viendo todos los días en las noticias, eso sigue igual.
-¿Qué tal la sinergia con el resto del reparto? Os vimos disfrutar durante la representación, uno de los pilares básicos para lograr que todo salga bien.
-Sí, durante los meses que duró el curso fuimos como una familia. Nos contábamos nuestras cosas y salíamos juntos a tomar algo. Nos hemos ayudado mucho entre todos para aprendernos el guión y para que la obra nos saliese bien a todos. Son unas maravillosas personas y estoy muy contenta de haberlos conocido.
-Muchas gracias Pilar.
-Muchas de nadas.
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